30 octubre 2013

Los 10 más...Leyendas de México.


Por las fechas en las que nos encontramos los 10 más son edición especial. México siempre se a caracterizado por su folclor y tradiciones y una de estas han sido contar leyendas,  apuesto que tus abuelos o papás te contaron cuando eras pequeño al menos una leyenda,  pues esto a sucedido durante siglos, siendo estos relatos herencia de nuestros antepasados.


Llevan años escuchándose entre la gente; han traspasado generaciones y son parte de nuestra cultura y tradición. Conoce algunas de las historias más representativas de varios lugares del país.

10.-El callejón del beso.(Guanajuato)


 Es conocido por todos, porque apenas mide 68 centímetros de ancho, por lo que los balcones de las casas están casi pegados. La leyenda de este lugar nace del amor prohibido de una pareja de enamorados, Carlos y Ana, quienes se citaban clandestinamente en uno de sus balcones, para demostrarse su amor.

Un día, el padre de ella los descubrió y se opuso por completo a ese amor, al grado de matar, ahí mismo, al enamorado.  

Otra versión de la historia indica que la asesinada fue Doña Ana, quien murió después de que su padre le enterrara una daga por la espalda.

Don Carlos, al ver la muerte inminente de su amada, besó su mano aún tibia, de ahí el nombre de este lugar. 

Hoy en día, se dice que las parejas que se den un beso en el tercer escalón, tienen garantizados 7 años de felicidad. Ritual obligado para las parejas que visitan Guanajuato.

9.-La piedra negra.(Zacatecas)

 Dos ambiciosos amigos Misael Galán y Gildardo Higinio, decidieron que querían hacerse ricos y fueron en busca de una mina, que se encontraba por la cordillera que separa al municipio de Vetagrande de la capital Zacatecana.

Durante cinco días buscaron, hasta que encontraron una cueva de aspecto extraño, a la que se acercaron y donde hallaron una roca brillante semienterrada. Lo que les llamó la atención y se pusieron a escarbar cerca de ella, pues pensaban que era oro.

Lograron sacar la roca y se acostaron a descansar. Al día siguiente, los jóvenes fueron encontrados muertos. El acta de defunción dice que perdieron la vida en una riña entre ellos mismo. Se cuenta que fue la ambición la que acabó con ellos, porque al final la piedra no tenía ningún valor.

La gente cuenta que quien se encuentra con ella, se vuelve agresivo y ataca sin razón aparente. Y es que la piedra servía para afilar cuchillos, lo que muchos hicieron, antes de transformarse en seres violentos.

Ante la caótica situación, se decidió que la roca fuera llevada lejos del alcance humano, justo en lo alto de un muro posterior de la catedral Zacatecas, debajo de la campana chica.

8.- La isla de las Muñecas.(Xochimilco)


 La gente cuenta que Don Julián Santana, un hombre que vivía en una chinampa, empezó a recolectar muñecas que se encontraba por doquier, para "espantar al espanto". Y es que se cuenta que cerca de su chinampa, murió una niña ahogada, quien solía asustar a Don Julián, así que él, en ofrenda de paz, le regalaba las muñecas para que juegue con ellas.

A lo largo de muchos años coleccionó miles de muñecas, entre las que él encontraba y le regalaban. Don Julián murió, solo. Y ahora dicen que es él quien de repente se aparece a cuidar de sus muñecas.

7.-La mulata de Córdoba.(Veracruz) 


Cuentan que hace muchos años, en Córdoba, existió una mujer misteriosa, porque vivía aislada del trato social y no se conoció su procedencia. Se dice que era huraña porque su belleza era tanta que cuando salía a la calle, era víctima de habladurías. Se le conocía también porque usaba hierbas para hacer curaciones maravillosas y por predecir sucesos naturales, como temblores y hasta por conjurar tormentas.

Esa fama empezó a inquietar a los habitantes de Córdoba, quienes la empezaron a acusar de bruja.  Todos parecían obsesionados con ella, pero el alcalde era el principal. Su nombre era Martín de Ocaña, un hombre ya de edad que le confesó su amor y le ofreció hasta "las perlas de la virgen", con tal de que ella estuviera con él, pero la mulata no accedió.

Don Martín, despechado y desairado, la acusó de haberlo hecho tomar un brebaje para que perdiera la razón. La mulata, a la fuerza, fue llevada a la  Fortaleza de San Juan de Ulúa, donde fue juzgada y castigada a morir quemada en leña verde frente a todo el pueblo.

Mientras esperaba su castigo, logró convencer al guardia para que le regalara un gis. Él no se pudo resistir y se lo consiguió. La mulata empezó a dibujar en las paredes de su celda un barco con las velas desplegadas que se mecía sobre las olas del mar.

Era una obra de arte que dejaba perplejo a cualquiera. Fue entonces cuando la mulata preguntó: ¿Qué es lo que crees que le hace falta al barco? A lo que el carcelero le contestó: Andar... En eso ella le dijo: Pues mira como anda... La mulata dio un salto y se subió al barco, despidiéndose del hombre que la resguardaba, quien sólo veía lo que sucedía asombrado, el barco se perdió en el horizonte que ella dibujó.

6.-El árbol del vampiro.(Jalisco)


La historia cuenta que a la Guadalajara colonial llegó un hombre muy rico de Europa, quien todas las noches salía vestido de negro y con una actitud misteriosa. Se llamaba Don Jorge.

Cada que salía aparecían animales muertos, pero éstos se empezaron a convertir en humanos. La gente asustada decidió salir en busca del causante, cuando, cerca del Panteón de Belén, escucharon gritos. Era Don Jorge, atacando con la boca el cuello de un hombre.

La gente lo persiguió, pero él logró huir, así que el cura de Guadalajara lo fue a buscar a su hacienda, para hacerle un exorcismo. El Vampiro juró vengarse de todos, cuando alguien le clavó una estaca en el pecho.

Al morir, lo enterraron en el mismo Panteón de Belén. Pero lo extraño sucedió cuando un árbol empezó a crecer justo por encima de la lápida de Don Jorge, misma que se rompió. La leyenda dice que el día que el árbol sea derrumbado o que las raíces rompan por completo la lápida, Don Jorge, el vampiro, regresará a llevar a cabo su venganza.

5.-El puente del clérigo.


 Cuenta la leyenda que en la calle de las Medinas vivía en aquella época un joven llamado Don Duarte de Sarraza, de nacionalidad portuguesa, pero criado en España, que poseía gran fortuna y dos títulos de nobleza. El virrey de México era en aquel entonces el Exmo. Sr. García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra, quien tuvo para el referido caballero toda clase de atenciones, lo que le valió para ser bien visto en la corte y en las altas clases sociales.

En las reuniones que frecuentaba el ilustre portugués tuvo ocasión de conocer a una joven muy bella llamada Doña Margarita Jáuregui, hija de un rico hacendado ya difunto y la cual estaba al cuidado de su tío, el noble sacerdote Don Juan de Nava, caballero de las ordenes de Santiago y de Calatrava.

El padre Nava sabía perfectamente que el joven Sarraza era vicioso, disipado y mujeriego, por tanto, prohibió a su sobrina tener amores con Don Duarte, además hablo con el nuevo virrey, que entonces lo era Fr. Marcos López y Rueda, Obispo de Yucatán, para que aconsejase al enamorado que desistiera de sus pretensiones, pero todo fue inútil y ambos novios, encaprichados, siguieron adelante con sus amores.

Acostumbrado Sarraza a que nadie se opusiera a sus deseos y viendo la fuerte oposición del padre Nava, tomó la decisión de matarlo y una noche, en medio de la obscuridad, logro distinguir un bulto que avanzaba hacia donde él estaba; se trataba del sacerdote que venía para su casa.

Entonces Sarraza vio en aquel encuentro buena ocasión para sus fines: se despidió de Margarita y se apostó en el puente de una zanja que había en la calle; desenvainó su daga y al pasar el clérigo frente a él, lo mató alevosamente clavándole el arma en la cabeza. Arrojó después el cadáver a la zanja y salió huyendo.

Temiendo el homicida, como era natural, que se le echase la culpa del crimen, dejo de ver por un tiempo a Margarita. Pasados seis meses, decidió verla de nuevo y hasta raptarla, si se negaba a irse con él. Y refiere la leyenda popular que a la mañana siguiente la gente que vivía por las cercanías de la casa del padre Nava, contemplaba con horror, sobre el puente de la zanja, a Sarraza estrangulado a manos de un esqueleto que vestía negra sotana y, como prueba patente del misterioso crimen, el cráneo del esqueleto tenía clavado un puñal.

4.-La calle de Don Juan Manuel.



Dicen que hace muchos años vivía en esta calle un hombre llamado Don Juan Manuel. Su casa quedaba justo atrás del Convento de San Bernardo.

Estaba casado con una mujer hermosa y llena de virtudes, además de que poseía mucha riqueza y propiedades. A pesar de eso, él no era feliz debido a la mala fortuna de no haber tenido sucesión.

La tristeza y buscando consuelo se consagró a la religión, asistiendo durante horas a la iglesia, a tal grado que buscó la manera separarse de su esposa con el fin de entrar como fraile a San Francisco.

Con el objetivo de contar con alguien que pudiera administrar sus negocios, llamó por un sobrino que vivía en España, que llegó al poco tiempo. Sin embargo, muy pronto en Don Juan Manuel nacieron unos grandísimos celos, pensando que su esposa lo engañaba, por lo que una noche su desesperación lo hizo invocar al mismísmo Diablo para ofrecerle su alma a cambio del nombre de quien creía que lo estaba deshonrando.

El Diablo se presentó y le indicó que saliera por la noche y matara a la primera persona que pasara enfrente.

Don Juan Manuel obedeció, asesinando al primero que pasó, pero al día siguiente, el Diablo se volvió a presentar, diciéndole que el hombre que había matado era inocente, pero que debía continuar saliendo todas las noches y continuar matando hasta que él apareciera junto al cadáver y entonces encontraría al verdadero culpable.

Don Juan Manuel se llenó de una mayor angustia, po lo que todas las noches salía de su casa envuelto en una capa obscura para esperar a su víctima.

El silencio y la obscuridad eran sus cómplices que lo ocultaban de los sentidos de cada uno de los inocentes que tuvieron la desventura de pasar por la calle.

Exactamente a las once, Don Juan Manuel se les acercaba para preguntarles:

- Perdone usarcé, ¿qué hora es?

- Las once- le respondían.

- ¡Dichoso usarcé, que sabe la hora en que va a morir!


Don Juan Manuel sacaba el puñal para enterrarlo de un solo golpe en el cuerpo de su víctima, que caía en agonía. Don Juan Manuel, lentamente volvía a desaparecer para entrar a sus habitaciones y al día siguiente con mayor desesperación volvía a esperar a que llegara nuevamente la noche.

Al día siguiente, la ronde encontraba otro cadáver sinq ue nadie pudiera dar con el responsable de tan horrendos asesinatos.

Uno de esos días, tocaron a la puerta de Don Juan Manuel, llevando el cadáver de la noche anterior. Don Juan Manuel reconoció a su sobrino, a quien quería mucho y con el que tenía mucha gratitud por haberse encargado de sus negocios.

Don Juan Manuel disimuló ante los alguaciles, pero lleno de remordimientos y enfermo de angustia fue al convento de San Francisco a pedir clemencia a los pies de un religioso. Deshecho por el dolor, confesó al clérigo sus crímenes y su pacto con Satanás.

El reverendo, horrorizado pero sereno, le indicó ir durante tres noches consecutivas a rezar un rosario a las once de la noche al pie de la horca, para poder absolverlo.

Esa misma noche, acudió Don Juan Manuel, pero todavía no acababa de rezar el rosario cuando escuchó una voz :

- ¡Un Padre Nuestro y un Ave María por el alma de D. Juan Manuel!

Don Juan Manuel enmudeció y fue de regreso a su casa, para esperar despierto a que amaneciera y acudió nuevamente con el religioso a contarle lo sucedido.

El clérigo le dijo que regresara porque eso que había escuchado seguramente era una tranpa del Diablo que lo quería apartar de la salvación, por lo que le recomendó que se persignara cuando volviera a percibir una cosa así.

Sin otra opción, Don Juan Manuel volvió esa noche a las once a la horca, pero en cuanto se puso de rodillas para rezar vio un cortejo de figuras fantasmales que llevaban un cadáver en un ataúd. Don Juan Manuel se acercó y pudo distinguir que era él mismo, por lo que nuevamente se llenó de miedo.

Al día siguiente, Don Juan Manuel regresó al Convento de San Francisco rogándole con impaciencia al religioso que lo absolviera, por lo que éste al ver su arrepentimiento lo absolvió con la condición de que esa noche regresara a la horca a terminar de rezar la última parte del rosario.

Nadie sabe lo que pasó después, pero dicen que al día siguiente amaneció colgado el cadáver de Don Juan Manuel. Unos dicen que Don Juan Manuel fue colgado por los ángeles, otros que por el Diablo, pero la verdad nadie la conoce.

También cuentan que no se le volvió a ver porque finalmente consiguió entrar a la orden de San Francisco, renunciando a su vida pasada. Lo cierto es que la tradición quedó, y el miedo a pasar por esa calle a las once de la noche.

3.-La herrada.(Ciudad de México)


Un sacerdote vivía con una mujer que no era su esposa, cerca de su casa tenia un taller un herrador que era su amigo, que sabia de su mujer y lo aconsejaba que se casara con ella, sin que este le hiciera caso.

Una noche que el herrador dormía, lo despertaron unos fuertes golpes en su puerta, que lo hicieron levantarse inmediatamente, asustado fue a la puerta y se encontró con dos negros que llevaban una mula con un recado de su amigo de que la herrara ya que iba a salir temprano en la mañana.

Reconoció la cabalgadura de su amigo y de mala gana hizo el trabajo y clavo cuatro enormes herraduras en las patas de la mula. Cuando termino los negros se la llevaron dándole azotes.

A la mañana siguiente el herrador fue a casa de su amigo para reclamarle el que lo hubiera hecho trabajar tan tarde, su amigo le dijo que el no envió a ninguna mula, entonces que fue una broma que le jugaron al herrador.

El sacerdote quería contárselo a su mujer que aun estaba acostada, entonces se percato de que había muerto, se asustaron, pero lo que en verdad los horrorizo fue que la mujer tenia las cuatro herraduras que el le había puesto a la mula la noche anterior.

Ellos entendieron que fue un castigo y que los negros eran demonios que torturaron a la mujer hasta su muerte.

Decidieron enterrarla en su casa y no mencionarlo a nadie, el sacerdote se fue de su casa y nadie supo de el.

2.-La planchada.


Cuentas la leyenda que ya hace muchos años en el hospital de Muguerza murió una joven enfermera al quedar atrapada en el elevador, desde entonces son muchas las historias donde aseguran a ver visto a una joven caminar por el lugar.

Una de las enfermeras que trabaja en el hospital cuento su historia donde asegura que terminando su turno se dirigió al área de lockers para retirar sus cosas, cuando se encontraba en ese lugar comenzó a escuchar el sonido de llaves moviéndose, rápidamente salió de ese lugar y se dirigió a la entrada principal, al ir caminando logro mirar el reflejo en uno de los cristales de una bella joven que estaba en la entrada de los lockers.
Muchos de los que trabajan en el lugar aseguran a ver tenido experiencias similares. Existen casos donde pacientes del cuarto o quinto piso son atendidos por una enfermera, cuando los mismos pacientes vuelven a preguntar por ella describiéndola, los doctores se quedan asombrados y no saben que responder.

La llorona.



La historia cuenta que una mujer indígena tuvo un romance con un hombre español; relación de la que nacieron tres hijos, a quien ella atendía devotamente. Pero, el padre de ellos, no parecía estar muy contento con la relación, pues cada que ella buscaba formalizar, él se negaba. Pasó el tiempo y él se terminó casando con una damisela española. Ella no pudo con lo sucedido y perdió la razón. Aquella mujer indígena se dirigió al Lago de Texcoco y ahí ahogó a cada uno de sus hijos, para luego suicidarse ella.

Desde entonces,  se dice que se escucha el lamento de una mujer joven que viene del lago; dicen que grita por sus hijos y que se puede ver que es una mujer vestida de blanco y delgada que deambula sin rumbo hasta esfumarse de nuevo en el lago.