La tragedia de Armero fue un desastre natural producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz el miércoles 13 de noviembre de 1985 en el departamento de Tolima, Colombia. Tras sesenta y nueve años de inactividad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos, a pesar de que el Gobierno había recibido advertencias por parte de múltiples organismos vulcanológicos desde la aparición de los primeros indicios de actividad volcánica en septiembre de 1985.
Omayra Sánchez, se convirtió en la imagen de este desastre natural que arrasó buena parte de la localidad de Armero.
Tenía 13 años y en el momento de la tragedia de Armero vivía con su hermano menor, su padre y su tía. Su madre, durante la tragedia, se encontraba en Bogotá en un viaje de negocios. Durante el tiempo que Omayra se mantuvo atorada siempre estuvo encima de los cuerpos de sus familiares. Cuando los socorristas intentaron ayudarla, comprobaron que era imposible; para sacarla necesitaban amputarle las piernas. Sin embargo, carecían de equipos de cirugía y podría fallecer; la otra opción era traer una moto-bomba que succionara el cada vez mayor fango en que estaba sumergida. La única moto-bomba disponible estaba lejos del sitio, por lo que solo podían dejarla morir.
Omayra se mostró fuerte hasta el último momento de su vida, según los socorristas y periodistas que la rodearon. Durante los tres días, estuvo pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes.
El fotógrafo Frank Fournier hizo una foto de Omayra que dio la vuelta al mundo. La fotografía se publicó meses después de que la chica falleciera, debido a la gangrena gaseosa.
No hay palabras para describir los sentimientos, la rabia, la tristeza y la impotencia que debieron tener las autoridades, el gobierno o los espectadores de todo el mundo al ver el sufrimiento de esta niña colombiana. Un vídeo que a pesar tantos años sigue poniendo los pelos de punta cada vez que lo ves, pudiendo ser las palabras más impactantes de la televisión mundial.