En los últimos años, este personaje ha tomado por asalto el transporte público más popular de los chilangos: el Metro. Sin embargo, no goza de ninguna popularidad, ni su chamba tiene el mínimo glamour. Al contrario, a cada rato son insultados por los usuarios, extorsionados por la policía, y a la menor provocación, tienen que rifarse el físico contra cualquiera que ose reclamarles por su actividad: son los odiosos bocineros, quienes ofrecen la música de moda, de novedad hasta la incomodidad de tu trayecto hacia el trabajo, la escuela o la casa. Si quieres ser uno de los personajes chilangos más detestado, incluso más que Carlos Salinas, sigue este manual.
1. Nadie va a la guerra sin fusil, así que lo primero que tienes que hacer es adquirir una mochila-bocina-con pila recargable. En el centro, en calles como República de El Salvador las venden, entre 500 y 1500 puedes hacerte de la tuya. También, entre los mismos bocineros con experiencia, hay quien las arma y te las puede vender. Incluso como lo de ahora es el Internet, ya hasta en Mercado Libre las puedes encontrar. No olvides que también necesitarás un reproductor de CD para reproducir la mercancía a todo volumen.
2. Tendrás que tener una sensibilidad especial para identificar el hit del momento o para aprovechar alguna coyuntura, como podría ser el deceso o aniversario luctuoso de algún cantante popular: Jenni Rivera, Pedro Infante, éxitos de Universal Estéreo, Cri-Cri ahora que se acerca el Día del Niño o Denise de Kalafe ahora que viene el 10 de mayo. Esto te asegurará más ventas, aunque, tal parece que entre más fea sea la música, si es que a eso se le puede llamar música, mejor. El reguetón, por ejemplo, increíblemente goza de gran popularidad y nivel de ventas.
3. Una vez que ya elegiste la música por la que apostarás tendrás que conseguir la mercancía, a precios muy muy bajos. Tepito es el lugar. Así asegurarás que el precio de tu producto sea competitivo en el mercado. Un CD al interior del Metro no puede venderse en más de 10 pesos o te harás el harakiri y tu microempresa se irá a la quiebra.
4. Una vez que tengas tus herramientas básicas de trabajo y la mercancía, acude a tu Línea del Metro favorita. Pregunta a tus ya casi colegas quién es el líder. Tendrás que apalabrarte con él, negociar. Él te fijará una cuota diaria que incluye "el permiso" para trabajar libremente en los vagones, la policía no te molestará, pero si un usuario te insulta, la pelea va por tu cuenta. Aunque puede ser que tus camaradas bocineros salten por ti y te defiendan. Sólo ellos, porque tampoco podrás invocar a la batiseñal #ManceraHazmeUnParo.
5. Después de esto "ya estás en regla". Así que tendrás que aprender el modus operandi de este oficio. Los bocineros te dirán que tendrás que hacer fila con ellos y repartirse ordenadamente. No se vale que haya dos bocineros en un mismo vagón porque caerían en el canibalismo. Tip: te conviene la Línea 2, que va de Taxqueña a Cuatro Caminos porque todos los vagones están conectados. Así evitarás estar saliendo y entrando. En la Línea 12 también hay esta modalidad, pero por ser nueva, está más vigilada y todavía no permiten abiertamente a los bocineros.
6. La práctica hace al maestro, así que tendrás que acostumbrarte a cargar la mochila-bocina-con pila recargable en tu espalda, entre 5 y 10 kilos, caminar por los vagones sin perder el equilibrio, mientras sostienes el reproductor de CD en tus manos conectado a través de un cable, y los discos. Puedes comprar una cangurera para guardar el dinero y tener cambio a la mano.
7. Ahora ya estás listo para empezar el negocio. Escribe un discurso que persuada a los usuarios y compren tu producto. Tendrá que ser efectivo, breve, llegador. No vayas a decir como muchos que es un disco mp3, mp4 y mp5. No olvides reventar tus bocinas y contaminar el ambiente con el peor ruido que puedas encontrar al interior del Metro. Se acerca el 10 de mayo y la mayoría de los usuarios te lo recordarán. Ante cada insulto, súbele más el volumen a tu bocina o diles "ohhhh, ésta es mi chamba, si no les gusta váyanse en taxi". Pero ten cuidado, no faltará el de mecha corta que te empujará, increpará e incluso querrá rifarse un tiro contigo. Ahí sí tendrás que echar mano de tus habilidades de defensa personal o llamar a tus colegas y armar la batalla campal. Listo. Ya eres un bocinero microempresario.
¿Y ustedes, qué opinan de los bocineros?
Chilango.com
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